jueves, 8 de octubre de 2009
YO TENÍA UN POTRO
También os hablaré de el potro que yo tenía, mi potro se llamaba Lucero como le lucia tanto la crin por eso le pusimos este nombre le dábamos de comer y yo pasaba cada tarde a su lado pero como se sentía muy mal en los establos de mi tío mi padre se lo vendió a un amigo de mi tío y suyo yo me quede triste pero mi padre me explico la razón yo lo tuve que comprender en fin me alegre de que pudiera ir a verlo claro como no su hija también es amiga mía yo sabía que lo iban a cuidar muy bien y al cabo de dos días fui a verlo, ¡caramba! qué grande se había hecho y qué contento estaba en el césped, y como tenía otra yegua el hombre, me alegré. Y este es otro de mis recuerdos favoritos. Seguiré visitándolo. FIN
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Qué historia más bonita, Dunia. Creo que fuiste muy generosa, supiste aceptar que el potro no estuviera contigo y alegrarte cuando viste que tenía el nuevo dueño una yegua que lo acompañase. Eres un sol.
ResponderEliminarUn beso
Dunia, que bonito, me alegro que lo puedas visitar cuando quieras.Marisol
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